jueves, 21 de febrero de 2013

Ya no sé ni por quién escribo.

Ya no sé ni por quién escribo.
A quién le reprocho tanto y tan poco a la vez. A quién culpo de mis rotos y de mis ruinas.

Menuda mierda.

Ya no sé a quién pertenece toda esta rabia con la que escribo, o esas (putas) lágrimas a las que mi orgullo no permite brotar de mis ojos.

¿Y los arañazos?

Necesito saberlo. Pero no quiero. No quiero querer.
Ni quiero necesitar necesitarte.

No quiero ponerle nombre. ¿De verdad no te das cuenta?
No quiero ponerle tu nombre a todas estas grietas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario