martes, 12 de marzo de 2013


Lloro tanta rabia que ahora lo que brotan son lágrimas de sangre.
Necesito hacerme arder, hacerme pedazos. Me da igual si contra las promesas o contra el suelo.
¿Oyes eso? Son jirones en mi piel.
Mierda, seguro que dejan marca.

Ansiedad.

Me retumba el pecho. Pero no se oyen latidos más allá de mis sienes.
Aprieta el gatillo. Venga, joder. ¡Dispara!

Silencio.
Solo el goteo de las lágrimas de mi cuerpo contra el suelo. Ya no brota sangre de mis ojos. Ahora solo arden.

Ni siquiera ahora veo luz.